Diego Ruiz Ruiz.-
Acabo de saber la noticia triste pero no inesperada del fallecimiento de Pepe Múgica, ex-Presidente de Uruguay.
Se va uno de los mejores políticos de la Historia o al menos, de los últimos tiempos. Alguien que deja una huella imborrable y que para los que amamos la Política y la sentimos como la mayor pasión de nuestra vida, no podemos obviar el legado tan enorme que nos deja.
Cualquier discurso suyo es una lección de Política pero sobre todo, de vida y que no hay mayor ni mejor disciplina para hablar de la vida que precisamente la Política pues esta Ciencia lo abarca todo pero no todos saben abarcar la grandeza que en sí misma tiene la Política. La buena Política que hizo siempre Pepe.
Nunca le llegué a conocer en persona y seguramente puedo decir que es una de las cosas que me habría encantado hacer.
Pienso que Pepe Múgica supo poner a Uruguay en el centro del mundo honrando sobre todo a la gente pobre, humilde y obrera de siempre de ese país. Y lo supo hacer buscando que todas y cada una de las personas que habitan esa nación pudiera tener un buen presente y un porvenir aún mejor y lo hizo con hechos aunque los fuese revistiendo de aún mayor grandeza con sus memorables discursos.
Tuvo en mente a jóvenes, personas de mediana edad, a niños y también a ancianos y al hacerlo, supo darle a cada cual lo que necesitaba y es que eso es gobernar te hayan votado o no. Esto último sé que supo hacerlo y en mi caso, es una de las mejores cosas que aprendí de los discursos de otro de mis referentes también de nombre Pepe y de apellido Bono.
Yo creo sinceramente que su grandeza humana, su calidad como persona se hizo aún mayor cuando renunció a tener una vida de lujos y riquezas viviendo en la casa donde vivía puesto que de eso no tenía nada pero créanme que la mejor riqueza que una casa tiene son las personas que la habitan y qué mejor dueño de una casa que alguien como Múgica.
Aún resuenan en mi mente sus discursos pero aún más esas imágenes de uruguayos y uruguayas saliendo a la calle para despedirse de él en su último día de mandato. Y al verlo, me reafirmé en la idea de que Múgica había sido un ejemplo de político, un maestro, un digno representante del concepto de buena Política que es justo lo que muchos políticos y políticas no saben hacer pero unos no lo hacen porque no tienen talla para hacerlo y otros, tienen tan podrida su alma que se les ve de lejos que utilizan el poder no para servir al Pueblo sino para servirse de él para intentar conseguir oscuros fines. Justo lo que nunca demostró ser Múgica.
Pepe fue tal servidor que dejó sus mejores años de la vida para entregarse a Uruguay y a su gente y seguramente, lo hizo a una edad donde quizás muchos ya no dan para más o simplemente, no quieren ya hacer nada por estar cansados de todo.
Quiero con este artículo deciros que aprovechemos la vidan pues sólo tenemos esta. Que aprovechemos cada instante para ser mejores y hacer mejores a los demás y si hacemos Política, hagámosla para hacer una vida mejor donde podamos contemplar un mundo mejor sí pero sobre todo más justo.
En definitiva, hablar de Pepe Múgica ahora que se nos ha ido es hablar de hacer Política pero también de hacer aún más bella la vida a cada paso que daba porque no hay nada más bonito que servir a los demás y hacer con eso que su vida sea al menos, un poco más fácil a pesar de lo compleja y difícil que en sí, la propia vida.
Te echaremos muchísimo de menos, Pepe Múgica.
Descansa en paz.