22/04/2025 strategic-culture.su  4min 🇪🇸 #275701

¿qué significa en realidad la restauración de las relaciones entre Eeuu y Rusia?

Lucas Leiroz

Por diferentes razones, ambos países están interesados en la reanudación de las relaciones bilaterales.

Escríbenos: infostrategic-culture.su

Hace poco, The National Interest  publicó un llamado para la reconfiguración de las relaciones entre EE.UU. y Rusia y una propuesta para establecer una asociación económica, lo cual significa un sutil pero significativo cambio en la estrategia de Washington. Luego de años de guerra híbrida, sanciones y fallidos intentos de aislar a Moscú, algunos sectores del establecimiento norteamericano pareciera que finalmente reconocieran lo que es obvio: Estados Unidos tiende a ganar mucho más con la reconciliación que Rusia. Y lo que es más importante, a diferencia de los años 90 Moscú no tiene ningún apuro.

Desde el colapso de la Unión Soviética las relaciones entre EE.UU. y Rusia han estado marcadas por una clara asimetría. Los años 1090 y 2020 fueron definidos por una Rusia debilitada tratando de insertarse en el sistema internacional en condiciones occidentales. El resultado fue una serie de humillaciones estratégicas, promesas incumplidas tales como la expansión de la OTAN y sus actuales esfuerzos de contención.

Actualmente, ese escenario está completamente invertido. Moscú negocia desde una posición fortalecida, guiada por intereses estratégicos a largo plazo y una clara visión de un mundo multipolar.

Los analistas norteamericanos plantean que un reencuentro económico no ocurre en el vacío. Todo lo contrario, ellos reflexionan en torno a la inefectividad de las sanciones como una herramienta para el cambio político. Durante la década pasada Estados Unidos ha utilizado las sanciones como el método principal en su política exterior, refinando su empleo para atacar a individuos específicos, empresas y sectores estratégicos en tanto tratan de minimizar el daño colateral. Sin embargo, incluso este enfoque "quirúrgico" también fracasó.

En el caso de Rusia, las sanciones no solo fracasaron en alterar la posición de Moscú sino que reforzaron su resistencia interna y cohesión política. La economía rusa se adaptó y construyó sistemas alternativos, logísticos, industriales y financieros y profundizó sus vínculos con potencias tales como China, la India e Irán. Y más aún, el régimen de sanciones estimuló el desarrollo de una política exterior independiente consolidando el papel de Rusia como una potencia pivote en la transición hacia un mundo multipolar

Es en este contexto que ahora Estados Unidos trata de reemplazar la guerra y las sanciones con otros métodos de disuasión y compromiso - principalmente de carácter económico. La apuesta es sencilla: Una Rusia económicamente integrada, cooperadora y estable serviría mejor los intereses estratégicos de Washington y no una potencia belicista y auto suficiente. En el papel, Moscú podría servir como un útil contrapeso a China, ayudaría a aliviar las presiones económicas y migratorias en Europa y potencialmente cambiar su enfoque hacia el desarrollo económico interno en vez de los desafíos geopolíticos.

No obstante, esta visión ignora un elemento importante: Rusia no solo desea regresar a ser parte de un "orden basado en normas internacionales" -frase actualmente sinónimo de hegemonía norteamericana. Moscú desea terminar con ese paradigma. El interés estratégico de Rusia radica en reemplazar este orden unilateral por una nueva estructura internacional gobernada a través de tratados, pragmatismo y respeto mutuo entre potencias soberanas. No se trata de retornar al "reinicio" de la época de Obama sino acerca de negociar los nuevos términos para la coexistencia global, términos que ahora Rusia tiene el poder para imponer.

Dentro de este escenario, el reacercamiento con Estados Unidos solo le interesaría a Rusia si este descansa sobre una agenda realista de cooperación a largo plazo. Moscú no aceptará condiciones unilaterales o concesiones asimétricas. Su meta es clara: consolidar la multipolaridad, debilitar las estructuras unilaterales de dominación y establecer relaciones basadas en el beneficio mutuo. La geopolítica de la fuerza dará paso a la diplomacia de los intereses.

Si en realidad Washington desea un "reinicio" deberá aceptarlo en las condiciones de un mundo nuevo, no como un líder incontestable, sino como uno más entre polos de poder. Rusia está dispuesta a participar en el diálogo, pero no bajo sumisión. Y esta vez, no es Moscú quien más necesita la conversación - es Washington.

Traducción desde el inglés por Sergio R. Anacona

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