04/11/2025 strategic-culture.su  6min 🇪🇸 #295361

 Venezuela : Le véritable objectif du Commandement Sud sur les côtes vénézuéliennes

No es solo Venezuela: El interés a largo plazo de Estados Unidos en el petróleo brasileño

Eduardo Vasco

Maduro ha venido destacando uno de los principales motivos por los cuales Estados Unidos podría invadir Venezuela e intentar derrocar a su gobierno: las mayores reservas de petróleo del mundo.

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El presidente Nicolás Maduro ha venido destacando uno de los principales motivos por los cuales Estados Unidos podría invadir Venezuela e intentar derrocar a su gobierno: las mayores reservas de petróleo del mundo. De hecho, desde el gobierno de Chávez se denuncian las intromisiones imperialistas contra Caracas teniendo en cuenta el petróleo venezolano. El gobierno de Lula, como parte de su distanciamiento de su base social interna, viene intentando acercarse a Donald Trump y presentarse como un "mediador" de la crisis entre estadounidenses y venezolanos. Al mismo tiempo, tiene en cuenta el interés de Estados Unidos por las tierras raras de Brasil. Pero olvida que Brasil sigue siendo, y seguirá siendo, un blanco de otra codicia, que lo vincula directamente con las amenazas imperialistas contra Venezuela: el petróleo.

Informes desclasificados por la CIA (Agencia Central de Inteligencia de EE. UU.) permiten trazar un historial del monitoreo sobre la explotación del petróleo brasileño.

Prácticamente todos, desde la década de 1950, destacan las posibilidades de que Brasil alcance la autosuficiencia y también de abrir el sector petrolero a empresas extranjeras.

Algunos documentos publicados en 2016 muestran que Estados Unidos seguía con atención las negociaciones entre Brasil y la Unión Soviética en el sector petrolero poco antes del golpe de 1964.

A finales de la década de 1950 y comienzos de la de 1960, la URSS estaba expandiendo sus exportaciones de petróleo hacia los países capitalistas. Un documento fechado el 9 de junio de 1960 evidencia la preocupación de la CIA por la actividad soviética en América Latina.

Moscú "aparentemente está usando el petróleo como un medio para explotar el sentimiento nacionalista contra las inversiones de EE. UU. en la industria petrolera latinoamericana y para romper los patrones de mercado de las compañías estadounidenses en la región", comenta el informe.

El mismo informe señala que Brasil había importado en 1959 alrededor de 420.000 barriles de crudo soviético a cambio de la exportación de cacao. Un acuerdo de diciembre de ese mismo año le había proporcionado al país sudamericano más de 4 millones de barriles anuales durante tres años (aproximadamente el 4 % de todo el consumo brasileño), aunque Brasil no tenía certeza de poder completar el acuerdo.

El servicio de inteligencia estadounidense destaca que, en 1959, "una gran delegación" de negocios de Brasil, incluyendo miembros de Petrobras, viajó a Moscú para evaluar la posibilidad de adquirir equipos soviéticos especializados. Luego, cuatro técnicos soviéticos visitaron São Paulo para asesorar a una empresa privada en la extracción de esquisto.

Otro documento, del 28 de agosto de 1961, señala que "los vastos yacimientos de petróleo de esquisto en Brasil siguen siendo de interés para la URSS". Aunque Petrobras había solicitado un préstamo al Export-Import Bank de EE. UU. para financiar la construcción de una planta piloto de petróleo de esquisto en Paraná, ingenieros de Petrobras visitarían el país socialista para estudiar las operaciones soviéticas relacionadas con el petróleo de esquisto.

Poco después, la Companhia Industrial de Rochas Betuminosas (CIRB) contrató técnicos soviéticos para realizar estudios geológicos y técnicos con el fin de determinar la viabilidad del desarrollo comercial de los yacimientos de esquisto en el Valle del Paraíba, en São Paulo. Según el acuerdo, a mediados de 1962 la Unión Soviética suministró equipos y asistencia técnica para la construcción de la planta de producción de gas de esquisto en Pindamonhangaba, municipio de la región. A finales de 1960, especialistas soviéticos ya habían permanecido tres meses en el lugar, con la aprobación del antiguo Consejo Nacional del Petróleo.

Se estimaba que el sudeste de Brasil contenía reservas de 102 mil millones de barriles de petróleo de esquisto, solo menores que las de Estados Unidos.

La producción brasileña de petróleo venía aumentando cada año, aunque el país necesitaba importar la mayor parte de lo que consumía. Aun así, la CIA comentaba, el 16 de marzo de 1962: "las condiciones parecen favorables para el desarrollo del petróleo de esquisto".

La URSS utilizaba el petróleo de esquisto en la fabricación de productos químicos a partir de sus derivados, así como en locomotoras y plantas termoeléctricas.

"La capacidad soviética para proporcionar asistencia tecnológica en el desarrollo de una industria de petróleo de esquisto en Brasil se basa en más de 40 años de experiencia en el área, incluyendo la producción de petróleo, gas y productos químicos del esquisto y su uso como combustible sólido", señala la agencia.

Así, el Kremlin podría suministrar a Brasil cualquier tipo de equipo para la industria del petróleo de esquisto disponible en Occidente y otros exclusivamente soviéticos. La Unión Soviética también era el único país que desarrollaba una industria de gas de esquisto.

La exploración de las reservas de esquisto era considerada por altos oficiales, posiblemente con el apoyo de EE. UU. o la URSS, según informó un agente el 23 de marzo de 1962. "Este programa, si promete ser exitoso, contaría con el fuerte apoyo de líderes políticos y militares que desde hace tiempo se oponen a la dependencia de fuentes extranjeras de petróleo."

La preocupación por la competencia con la URSS es aún más acentuada en el mismo informe, donde se afirma que el gobierno del entonces presidente João Goulart ha dado continuidad a la política "de desarrollar relaciones cercanas con el bloque sino-soviético" del gobierno anterior de Jânio Quadros, a quien el agente se refirió como responsable de "actividades antiestadounidenses".

Quadros asumió el mandato en enero de 1961 y renunció apenas siete meses después, denunciando incluso la participación extranjera en conspiraciones contra él. João Goulart, entonces vicepresidente, asumió su lugar y dos meses después restableció las relaciones diplomáticas de Brasil con la URSS tras 13 años.

Pocos días después del último comunicado, la CIA redacta otro, viendo la posibilidad de que Moscú utilice el proyecto "como una oportunidad para demostrar la eficiencia de los técnicos soviéticos y como precursores de una amplia ayuda para el desarrollo del esquisto en cooperación con Petrobras".

En octubre de 1963, la inteligencia estadounidense envía un informe sobre las actividades económicas del bloque sino-soviético en países del Tercer Mundo. Se dedica una página entera a las actividades recientes en Brasil, pero solo se ha publicado el resumen de un párrafo en el sitio web de la CIA. Informaba sobre las potencialidades para el desarrollo petrolero en la Amazonía y en el noreste del país, según un comunicado soviético enviado a Petrobras.

En el próximo artículo veremos cómo el golpe militar impulsado por Estados Unidos en 1964 permitió revertir una política mínimamente soberana sobre el petróleo brasileño y allanó el camino para su entrega a los buitres imperialistas.

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